Hablando sobre el “método Estivill” con una amiga tras haber leído el libro, pensé que las ideas que tenía sobre el libro estaban algo distorsionadas. Ella me comentó que lo que conocía del libro “Duérmete niño” eran comentarios de distintas personas en foros en internet donde explicaban que según Estivill al niño hay que dejarle llorar, que Estivill dice que cuando un niño vomita es para llamar la atención…
Y a mí no me sonaba que el libro dijese nada de eso. Así que entré en varios foros a ver lo que decían y me releí el libro (no se tarda más de dos horas). Después le escribí un correo a mi amiga que decía más o menos lo que sigue. No se trata de convencer a nadie de nada, solo pretendo desterrar
alguna idea que pueda estar equivocada sobre lo que el autor dice o no dice y quizá sugerir alguna idea, o símplemente “des-demonizar” un libro que quizá el día de mañana pueda ser útil para algún conocido.
El libro tiene dos partes diferenciadas, una que podríamos llamar “método A para educar al niño desde el principio” y otra que podríamos llamar “método B para conseguir que un niño con insomnio consiga dormir“.
Para picaros la curiosidad empezaré por copiar y pegar un par de párrafos del libro, de la parte del “método B”, el “método duro y salvaje” yepaaaa!
Lo que no podemos hacer es marcharnos y dejar a Juanito llorando
hasta que caiga de puro agotamiento (lo que, sin duda, os habrán
recomendado erróneamente alguna vez). ¿Por qué no? Porque estamos
reeducándolo, no castigándolo. Si nos vamos pensando “ya se cansará y
caerá rendido”, lo que le transmitimos al niño es que está siendo
castigado o abandonado. Sin embargo, tampoco podemos entrar en su
habitación a consolarle hasta que haya transcurrido un tiempo
prudencial. ¿Cuánto? De entrada, sólo 1 minuto…
Y más adelante
Es fundamental que vayáis entrando en la habitación del pequeño para
que no se sienta abandonado. Ni se os ocurra dejarlo esperar más de 5
minutos (…) hacerlo sería una crueldad: lo que más teme un pequeño
es que sus padres no lo quieran y lo abandonen y éste es el mensaje
que captaría si no cumplierais con vuestras visitas.
Si todavía seguís leyéndome, gracias, sigo.
El método A se basa en que todos, bebés, niños y adultos, nos despertamos varias veces por la noche de manera muy breve y ligera (para darnos la vuelta, taparnos con la sábana…) y que cuando el bebé tenga uno de esos pequeños despertares si encuentra todo tal y como lo dejó, un ambiente tranquilo, seguro e _igual_ a cuando se durmió, enseguida se volverá a dormir sin darse ni cuenta de que se ha despertado, como nos pasa a los adultos.
Pone más o menos el siguiente ejemplo: imagina que te duermes tranquilamente en tu cama en tu dormitorio y a mitad noche te giras un poco y te das cuenta que estás acostado en un sofá… ¿qué haces? ¿sigues durmiendo tranquilamente o te despiertas un poco más?
Basándose en esta idea -que a priori no me parece muy extraña o improbable- organiza su método que viene a consistir en:
– para conseguir que se sienta tranquilo y seguro: padres tranquilos, cariñosos y seguros y rutina, rutina, rutina (creo que me será imposible seguir este método
– para que todo esté igual cuando se despierte a medianoche que en el momento de dormirse, cuando se duerma debe estar ya en su cuna o cama, con elementos que permanezcan invariables toda la noche: un muñeco, un chupete[1], un poster, un móvil, una manta… lo que se desee. Lo que no está permitido es que se duerma con cosas que no estarán allí cuando se despierte: sus padres cantando, o acunándolo, o dándole la mano, abrazándolo, leyéndole un cuento….
No dice que no se le acune, se le cante o se le lea un cuento, dice que eso se haga antes de dormir y luego se le deje dormir solo. Ese es su lema, el que repite muchas veces en el libro y lo pone a veces subrayado a veces en negrita: el niño debe aprender a dormirse él solo.
[1] Un truco curioso: si está acostumbrado al chupete, comprar varios iguales y esparcirlos por alrededor de la cuna para que si se despierta buscándolo lo encuentre enseguida.
Lógicamente podéis no estar de acuerdo con este sistema y probar el que os dé la gana. Tampoco yo digo que sea el mejor sistema o el único que funcione.
Pero creo que este método es muy distinto de lo que al parecer la gente cree que es el “método Estivill”.
La parte más referenciada, la parte más “famosa” del libro es sin duda el “método para que un niño con problemas de sueño consiga dormir” lo que he llamado “método B”.
Pero lo primero que hay que entender es que este no es un método de aplicación general para todos los niños desde el principio, es un método para niños que tienen 3 años y siguen llorando cuando los dejan solos, o se despiertan 10 veces por noche y no se duermen aunque los pasees, los acunes, los lleves en coche o les pongas la tele. Es para niños con problemas de insomnio.
Al comenzar el capítulo indica que en un 2% de los casos hay un problema psicológico y que lo que hay que hacer es tratar ese problema (celos por un nuevo hermano, separación de los padres, cambio de
domicilio, entrada en la guardería…).
Para los demás casos de insomnio propone un método de choque, algo durillo, más duro para los padres que para el niño, que dura entre 3 y 7 días.
Insisto, no es un sistema para utilizar a diario o para educar a tu niño desde el principio. Es para niños con verdaderos problemas. Si conocéis (ahora o más adelante) alguna pareja con verdaderos problemas, que hayan probado ya de todo, quizá podrían leerse el libro y quizá les funcione. Son medidas desesperadas para momentos desesperados
El resumen del método sería, por ejemplo:
(Directriz general, transmitir al niño en todo momento que los papás saben perfectamente lo que hacen, que están muy seguros de todo lo que están haciendo y de que lo que hacen es lo mejor para el niño: transmitir confianza y seguridad en todo lo que se haga)
Comienza el gran día (iniciamos el método B):
– por la mañana el papá en un rato agradable con el niño le hace un dibujo (un sol, una casita, lo que sea) implicando al niño en la realización del dibujo. El dibujo quedará en la cuna. (Es un ejemplo, lo mismo vale el papá que la mamá, la mañana que la tarde, un dibujo que un avión de papel….)
– por la tarde la mamá, en un rato que esté a gusto con el niño, le construye un móvil, un colgante, con la colaboración del niño (es bueno implicarle). El colgante quedará en la cuna
– por la noche le regalan un muñeco y le ponen nombre, lo asean, le dan de cenar, le leen un cuento, le cantan… pasan un rato agradable y relajante con el niño fuera de la habitación
(ahora comienza la caña)
– se lleva al niño a su habitación y se le suelta un discurso de 30 segundos (siempre con confianza, seguridad y tal) diciendo -por ejemplo-: “Amor mío, papá y mamá te quieren mucho y te van a enseñar a dormir solito. A partir de hoy dormirás aquí, en tu cuna, con tu poster, tu móvil, el osito Pepito…”
Dice el libro “entienda o no lo que oye, lo primordial es el tono…”
A partir de aquí ya tenemos entablada “la lucha” (el método criticado).
La base del método es resistir al enemigo, pero cómo os he copiado al principio no dejándole llorar y punto, sino volviendo a la habitación las veces que haga falta a transmitirle tranquilidad y confianza, a
limpiarle si se ha cagado, meado o vomitado (aquí es donde habla de los vómitos) , a recoger los muñecos si los ha tirado… en lo que consiste ser “duros” es en que primero se recoge y limpia todo, y
después se le vuelve a explicar -en unos 30 segundos- que se le quiere mucho, que está seguro, que tiene que aprender a dormir y que buenas noches y fuera… hasta que vuelva a ser necesario entrar.
Para mi lo fundamental es entender que habla de casos de niños que son mayores, están sanos, no pueden dormir solos y se despiertan llorando 10 veces por noche.
Dentro de ese contexto si tienes un niño sano que nunca vomita y justo el día que le dices que va a dormir solo comienza vomitar, el vómito no es porque estuviese malo es porque le da miedo quedarse solo (o le crea ansiedad, angustia…). O ha sido una muy mala casualidad o lo más probables es que la causa del vómito sean los nervios, el miedo y la ansiedad que siente al quedarse solo para dormir. Y por eso es bueno que aprenda a dormir solo y quedarse tranquilo, ya que sino (siempre según el libro) un niño con 5 años que todavía tenga problemas de insomnio tiene todas las papeletas para ser un adulto con insomnio -además de que los niños que no duermen bien se vuelvan más irritables e inseguros-.
Este es el caso extremo, lo habitual es que a lo mejor te diga “sed”, “me duele”… cuando 1 minuto antes ni tenía sed ni le dolía nada.
Pero no dice que cuando el niño vomita es para llamar la atención, así en general. Si no que si vomita justo el primer día de la “reeducación del niño”, justo cuando le dejas solo, lo más probable es que el
vómito sea por la ansiedad, el miedo y los nervios de que tenga que quedarse a dormir solo. Mucha casualidad sería que no vomitase nunca y justo cuando aplicas el método (que son como mucho 7 días de toda su vida) se ponga a vomitar porque este malito. Aún así tiene un capítulo dedicado a “¿qué pasa si el niño enferma mientras estamos aplicando el método?”.
Y no dice que pases de él y de su vómito. Dice que entres, lo cambies, lo limpies, le hables… y a volver a empezar. Es duro, pero no criminal (entiendo yo).
Bueno, pues eso. Que creo que el libro podrá tener sus pegas pero en general es muy criticado sin haber sido leído.
Nosotros no seguimos ningún método de particular, ni éste ni otro, al menos de momento. Pero las ideas principales del método A no me parecen malas.
En cuanto al método B espero no tener que aplicarlo nunca, ni le deseo a nadie llegar a la mala situación de necesitarlo, pero si se da el caso de un niño (mío o de un conocido) con muchos problemas para dormir y que no responde a ningún otro método, no lo descarto.